La culminación de las obras del tramo Otur-Villapedre y la puesta en servicio de todo el trazado occidental de la autovía del Cantábrico son motivos de celebración para los vecinos. Pero la satisfacción no es completa. La apertura de los más de nueve kilómetros del tramo, que ayer vaciaron la antigua nacional, ha puesto en evidencia la escasez de indicaciones a enclaves como Puerto de Vega o la parroquia valdesana de Santiago y servicios como restaurantes, hoteles y gasolineras, además del deterioro de muchos caminos utilizados para la obra.
El refuerzo de la señalización es una petición que comparten los ayuntamientos de Navia y Valdés, asociaciones vecinales y hosteleros de la zona, que temen una disminución de las ventas a consecuencia del desvío del tráfico: «Hemos ganado en tranquilidad, porque había demasiado tráfico, pero la autovía no da opciones a parar y siempre se pierde algo», comenta Matías García, gerente de un bar en Villapedre.
En la misma línea, Evelio Sánchez, desde un negocio de Villuir, sostiene que las «paradas rápidas para un café o un pincho» van a disminuir de forma notable al sacar el tráfico de los pueblos, lo que se ve agravado, en su opinión, por la falta de indicadores sobre los servicios. Con todo, apunta que «habrá que esperar, porque en la autovía no hay dónde parar y alguien se desviará».
La petición de más señales también ha sido trasladada a los responsables de Carreteras desde la asociación vecinal Río de la Olla, de Santiago: «Más de 1.300 vecinos se merecen que aparezca el nombre de su pueblo», señaló su presidenta, María del Mar Fernández, quien también ha solicitado la reparación de accesos a fincas y los caminos dañados, que rondan la decena. Esta petición fue presentada por escrito por el concejal de Obras de Valdés, Balbino Suárez, a la ministra de Fomento, Ana Pastor, durante la inauguración, al igual que la sustitución de las mamparas instaladas para minimizar los ruidos. Son de un color azul intenso y provocan un gran impacto paisajístico.
Donde no parece que el ruido se pueda evitar es en el núcleo naviego de El Bao, donde la merma del tráfico ha mejorado las incorporaciones a la nacional de forma notable, según destacó uno de sus vecinos, Manuel Pérez. No obstante, la circulación sobre el viaducto del río Barayo genera un gran impacto sonoro: «Pasamos del cielo al infierno en 2010 y ahora estamos en el purgatorio», sentenció.
Nunca llueve a gusto de todos.
yo creo que sí se necesita más indicadores, pero no tantos como pretenden. Al final no podríamos ni leerlos. Ahora existe el tomtom y esas cosas que indican a donde y por donde ir. Las autopistas no son para ver el paisaje.
Hoy desviaban el tráfico por el arcén, porqu estaban trabajando en uno de los semáforos que preceden a uno de los túneles.
¡Empezamos pronto!
balbino tu si que eres un impacto en luarca pero no paisajistico
balbino, tu no eres completo tio….lo tuyo es de carcel
señor/a luarca, no hace falta faltar al repeto
los politicos sique nos insultan a los valdesanos con tantas sentencia en contra que tenemos que pagar sin culpa y encima van con la cabeza tan alta.Eso si que es faltar al respeto, porque nos tienen hasta las narices.
que cachondeo, pedir que se cambien las pantallas del sonido, este hombre que piensa, a despilfarrar mas dinero. Menos mal que la ministra no lo leeria, porque sino que pensara de este politico
Le pregunto a la AAVV del Rio la Olla, ¿cual es el nombre del pueblo de los 1300 vecinos?, pues según mis noticias e informaciones, a parte de Luarca, no hay en el concejo ningún pueblo que tenga más de 1000 habitantes. El señor conceja no debería engañar a la señora ministra.